Los estándares de certificación orgánica de la UE se basan en un sistema agrícola sostenible. Estos estándares no solo mantienen los mecanismos de ciclo natural, sino que también requieren estrictamente la preservación del equilibrio ecológico, el mantenimiento de nutrientes del suelo, la prevención de la contaminación del agua y la protección contra el daño a las plantas y los animales, asegurando un estado equilibrado entre ellos.

Los productos certificados deben contener más del 95% de ingredientes naturales, con más del 10% de componentes orgánicos. Solo cumpliendo con estos estándares, un producto puede calificar para la certificación orgánica de la UE. Además, la calidad del producto debe estar libre de sustancias tóxicas o materiales que contaminan severamente el medio ambiente. El uso de fragancias artificiales, colorantes sintéticos y conservantes está estrictamente prohibido. Para proteger el medio ambiente y los animales, los fabricantes tienen prohibido realizar pruebas en animales. Además, el embalaje del producto debe usar materiales reciclables y amigables con el medio ambiente. Solo los productos que cumplan con estos rigurosos estándares de certificación pueden considerarse realmente certificados por la UE.